Vivimos en una sociedad donde abundan una serie de creencias o ideas
que van marcando el ritmo de vida de cada uno de los individuos, ideas de tipo
religiosas, morales y sociales, las cuales nos van formando como miembros de
una sociedad, y a partir de ellas establecemos una serie de criterios que
determinan nuestro punto de vista.
Tatuarse ha sido una práctica que han desarrollado los hombres a los
largo de la historia, y bueno, el motivo de este post no es hablar de la historia de los tatuajes o los tipos de
tatuajes que existen, sino dar un punto de vista acerca de ellos.
Vivimos en una sociedad, la cual, a pesar de tener muchos adelantos y
apertura a nuevas ideologías, en muchas ocasiones se ve limitada en su criterio
por viejas creencias, es cierto que los tatuajes han representado a grupos
sociales que no brillaban por sus grandes aportes a la sociedad, pero si nos
remontamos un poco más atrás nos daremos cuenta que los tatuajes los portaban
sólo aquellos hombres que habían logrado tal distinción.
Ahora bien, en siglos pasados empezaron a tener un cierto rechazo por
parte de la sociedad, pues aquellos que portaban un tatuaje eran sujetos que habían
cometido un delito, como el caso de los Yakuza, y prácticamente casi hasta los años 80´ era una marca representativa
de ellos, de ahí el termino ²tatuaje de cárcel², o
bien los grupos de motociclistas que se crearon después de la segunda guerra
mundial, que aclaro, no todos cometían delitos.
Pues bien, los tatuajes, o dicho de otro modo, las personas que tienen
tatuajes han sido en muchas ocasiones objeto de crítica e incluso de rechazo
por parte de la sociedad, sin embargo, los motivos que tienen son por demás errados,
pues no todos aquellos que llevamos un poco de tinta en la piel somos unos
delincuentes o inadaptados sociales, simplemente buscamos un modo de expresión o
de plasmar algo que sentimos, recordar un momento o algún ser querido, entre
muchas otras cosas.
Dice una frase coloquial, ²un tatuaje no te vuelve delincuente y un
traje no te vuelve decente²¸ y ese es el punto,
cada uno de nosotros es libre, en primera de hacer de nuestro cuerpo lo que mejor
creamos y en segunda de expresarnos del modo que queramos siempre y cuando
no daños a otros.
Con todo esto no te quiero decir que corras al primer tatuador que
encuentres y le pongas un poco de tinta a tu piel, al contrario, el realizarte
un tatuaje lo debes de ver como una gran responsabilidad, pues es algo que
llevaras por siempre en la piel, tómalo con
una gran madurez y como un compromiso, pero lo que si te quiero aconsejar es que
aquello que te vayan a plasmar en la piel sea algo que represente algo en tu
vida y no sólo algo que en un momento ²se vio bonito².
En este caso no te puedo hablar de aspectos negativos que te pueda acarrear el tener un tatuaje pues al menos de la gente que me rodeo es de un criterio muy amplio y saben, en primera, el tipo de persona que soy, y en segunda, que hay en mí algo más allá de mi apariencia física. Sin embargo no todos piensan igual.
Si tienes tatuajes respeta la critica y demuestra mas criterio y educación de aquellos que te señalan, y si no tienes tatuajes rompe con los estigmas sociales, amplía tu criterio (deja de ver La
Rosa de Guadalupe), y no juzgues a las personas por su apariencia o en este
caso por simplemente tener un poco de color artificial en la piel.
P. D. Tatuarse no duele si aprendes a disfrutar el dolor ;)
Si te gustó comparte y comenta aquí abajo.